Bueno, vamos a ver. Cuesta admitirlo, pero si odiamos tanto a Letizia Ortiz es porque, a su lado, nos sentimos como las hermanastras de Cenicienta. Teníamos las mismas posibilidades que ella para ser princesas: somos guapas, inteligentes, periodistas, ágiles, un poco anoréxicas y guerreras, muy guerreras.
Lo único que nos faltaba era un buen contacto. Y sin contactos, no hay exclusiva. A ella le presentaron a un guaperas en una fiesta a quien nosotras nunca hubiéramos conocido porque no vamos a fiestas pijas. Y fue la reina de la fiesta. Eso es todo.
Desde entonces, Letizia siempre representará lo que podríamos haber sido y nunca seremos. Da igual si Felipe es un soso, y si la monarquía es un aburrimiento. Lo que mola es pensar que podrías ir por el mundo con zapatos de cristal, si quisieras. Y que no tendrías que pasarte la vida tecleando en la redacción, ni editando textos, ni persiguiendo a famosos.
La cuestión, que la Leti nos pone nerviosas porque supone una hipótesis abortada de nuestro futuro, como esas vecinas que de repente se casan con un ricacho y se dan aires y tú piensas: pues tampoco es para tanto. O: yo soy mil veces mejor.
Letizia es lo que podríamos haber sido, y nosotras somos lo que ella ya fue. Por eso tiene tanto mérito lo que hizo ayer. Estaba superchunga por lo de su hermana suicida, y ahí estaban los carroñeros de nuestra especie, acechándola. Olvidándose de que es una colega.
Entonces se dirigió a ellos. A nosotras. Y fue mil veces peor. Porque una cosa es que te miren desde arriba y puedas pensar "prepotente, qué te crees, si estás ahí es por casualidad", y otra muy distinta es que te pongan a su altura. Porque entonces es cuando descubres que en realidad echan de menos tu profesión.
Y tú que hasta ahora creías que no podía haber nada peor.
6 comentarios:
Muy lindo este texto, Sex Luthor. Autocrítica y compasión, todo en uno.
Vosotras si que sois las autenticas princesas de todas las fiestas y de todos nuestros corazones. Aunque el cristal sea un baso de whiskey o de cerveza y no el de unos incomodos zapatos.
El autentico Peter Parker.
Es cierto. Robé tu identidad. Yo quería ser como tú. Más aún, ser tú. Para viajar a extraños y recónditos lugares, beber cerveza subida en una barca y correr delante de monos asesinos. No puedes culparme por eso, ¿no?
Si permaneces en el anonimato, nunca podremos citarte como fuente de nuestras alegrías!
holaa
cuando vais a escribir algo más??'
llevo todo el finde esperando leer vuestras cosass impaciente
xaooo
Pero Mari, qué te crees? Somos gente trabajadora y honrada. Y nunca, nunca, nunca se nos ocurriría escribir en un blog durante nuestro horario laboral (esto es: de 10 a.m. a 23,57 p.m.)
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