jueves, 8 de enero de 2009

Scarlett y yo hemos roto


El otro día vi en la tele Lo que el viento se llevó. Hacía años que no la veía, y eso que había sido mi película de cabecera durante ese período tan revuelto de la adolescencia.

En aquellos años de rebeldía, espoleada por la creencia de que uno es superior a los demás, incluso —y sobre todo— a tus propios padres, me sentía muy identificada con Scarlett O’Hara, una mujer a quien las adversidades hacían más fuerte. Y manipuladora. Pero todo lo hacía por pura supervivencia. ¿Quién es capaz de juzgar tales artimañas después de presenciar el juramento bajo el árbol, con la mirada desafiando a Dios y un puñado de tierra de Tara en la mano? Eso sí que es un testamento vital y el resto son tonterías.

No sé si es que he madurado o qué, pero la película, vista 15 años más tarde, me pareció muy diferente. En mi época chunga de granos en la cara y menstruaciones de más de siete días, veía a Melanie Wilkes como una blandengue, una debilucha y una paliducha, que no se enteraba de que su marido Ashley —otro paliducho— estaba enamorado de Scarlett, a la que consideraba su mejor amiga y su principal apoyo en los momentos más difíciles. ¡Será tonta la tía!

Pues el otro día, ya ves, me sentí más identificada con Melanie que con Scarlett, a la que vi mucho más caprichosa y malévola. En cambio, la pálida de Melita esconde bajo su fragilidad a una mujer capaz de desenvainar una espada para matar a un intruso del ejército enemigo. Es una mujer de mirada limpia, que no tiene prejuicios y trata a las personas como personas, aunque sean prostitutas. Y es la única que ve antes que nadie que Rhet y Scarlett se aman y se necesitan. No es que me parezca a ella, la verdad, pero en algunos aspectos me gustaría, así que ahora sufro de crisis de identidad.

¿Qué se supone que debo hacer? ¿Me cambio de identidad bloguera por la de Sin Melanina Wilkes o sigo con la creencia de que Scarlet Ojala sigue siendo uno de mis ídolos, aunque ahora me dé cuenta de que sólo lo fue en mi juventud? Si conservo a Scarlet Ojala, será un homenaje a esos tiempos pasados, que seguro que ya no repetiré como hija, aunque me tocará rememorar como madre dentro de unos años...

Ufff, mejor pensaré en todo esto mañana. Si lo hago hoy, me volveré loca. Mañana será otro día.