jueves, 19 de julio de 2007

De trabajos y reputaciones varias


No sólo puede pasar que toda la seriedad que has intentado transmitir durante los primeros días en tu nuevo trabajo, para hacerte respetar, se derrumbe en un minuto, sino que pasa. Visualicen esta escena y lo entenderán (omito nombres verdaderos para no comprometer a nadie):

Tercer día en el trabajo nuevo. Intentando hacer amigos en la máquina del café (todo el mundo lo hace, porque el café es horroroso pero es el único lugar de interacción posible sin una pantalla de ordenador delante). Llega un chico de esos modernillos (tejanos caídos, gafas de pasta…) y me pregunta: “¿Tú eres amiga de Perica de los Palotes?”. Yo pongo cara de circunstancia. “¿De qué Perica de los Palotes?”, le pregunto. Dice: “Sí, hombre, de la que trabaja en el diario ‘El irracional’”. Digo: “¡Ah, claro, y tanto!”. Y el chico continúa el relato: “Es que tengo una foto tuya. Es de la fiesta de la ediorial esa que da vueltas al mundo”.

En ese momento me pongo blanca. No por el mareo de las vueltas, sino porque en esa fiesta el alcohol corrió que daba gusto… bebérselo. Y me temo lo peor. Efectivamente, lo peor está por llegar. El chico continúa, sin tener en cuenta que no estamos solos, sin tener en cuenta que a lo mejor hay ciertas intimidades que no quiero que se sepan… todavía. “Tú en la foto sales bien, pero yo no tanto…”, se lamenta. Y mis alarmas se disparan: “¡¡¿¿Tenemos una foto juntos??!!”. Y suelta, como si tal cosa: “Sí, es una autofoto, o sea que te abrazaste a mí”.

Es entonces cuando la tierra no te traga, aunque lo desees con todas tus fuerzas. En eso estaba cuando una de las compañeras de trabajo con las que intentaba confraternizar entra a la palestra y pregunta: “¿Y qué tienen de especial las fiestas que monta la editorial ésa que da vueltas al mundo?”. Y el chico contesta, así, tan tranquilo: “Que tienen barra libre”.

Cuando nadie dice nada y el aire se puede cortar, te entran de repente unas ganas horrorosas de ir al lavabo (aunque sólo sea para tener una excusa para esfumarte, ya que la tierra te ha dejado tirada y no se ha digando a tragarte).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que las fiestas de Planeta son lo peor. Al menos no te enrollaste con él debajo de las escaleras y delante de una cámara. ¿O sí?

El ojo que todo lo ve.

Scarlet Ojala dijo...

Si el ojo que todo lo ve estuvo allí, seguramente será porque se fue de la lengua...

Anónimo dijo...

Bueno, también estuvo la deslenguada de Lucía Etxebarria. No?

Scarlet Ojala dijo...

¡Tú eres el ojo que todo lo ve y el cerebro que todo lo recuerda!

Peter Parker dijo...

eh! eh! si vamos a sacar trapos sucios me avisáis.
Saludos desde unas vacaciones intentisisísimas

Scarlet, te echo de menos