viernes, 3 de agosto de 2007

Entre chips anda el juego


Toda la vida creyendo que los humanos éramos de carne y hueso, con sus venitas, sus músculos, sus órganos vitales y todo eso, y ahora resulta que somos robots —o máquinas—, porque todo el mundo, ante las contrariades, asegura hacer un cambio de chip y todo se arregla.

Por lo que se ve, el chip, cuando te lo cambias, sirve para todo: para amoldarte al ritmo de un nuevo empleo, para soportar que tu pareja te haya dejado por otra, para ponerte de buen humor cuando llueve durante tus vacaciones en la playa o para cenar en casa de tu suegra. El cambio de chip es incluso útil cuando te cancelan el vuelo de un avión o se te rompe el tacón del zapato en plena pista de baile de una boda.

Pero claro, nadie parece haber tenido en cuenta que no somos robots (a lo sumo replicantes de alguien a quien nos gusaría parecernos), sino personas con sangre en las venas. Sangre que bombea un corazoncito (donde se disparan los sentimientos) y que recibe el cerebro (donde nos enseñan a dominarlos). Éste es, de hecho, el único chip que tenemos en el organismo, y yo todavía no he conocido a nadie capaz de cambiarlo por otro.

3 comentarios:

Lois Lane dijo...

Chip, chip, chip... ¡hurra! Oh, no. Debería decir: Malditos chips. Chips malditos. Están hasta entre las patatas. O fingen estarlo. Patatas chips. Estoy contigo, Scarlet, no somos robots. Si lo fuéramos, estaríamos muertos. Porque Supermán nos hubiera destruido. O el Doctor Muerte, que es un robot creído. ¿Sabes que Doctor Muerte en realidad es un tipo muy guapo que tiene un complejo de inferioridad increíble y por eso se hace pasar por robot? A lo mejor es que nos pasa eso.

Scarlet Ojala dijo...

Si los chips se pudieran comer con patatas...

Marta Luth dijo...

Pues yo al único chip que conozco es el de chip y chop, que creo que eran ardillas.

De todos modos, ya lo decía la película: "El chip prodigioso". O también ese programa, cómo era? "La vida en un xip".