martes, 19 de febrero de 2008

Posturas indecentes


Intento hacer la compra por Internet y lo estoy pasando fatal. Mi pantalla no la ve nadie de mi equipo, pero sí personas de otros departamentos, que no saben que trabajas como una idiota pero que, una vez cada X, te entretienes más de una hora comprando en el súper on line. Que te vea gente de otra área comprando compresas con alas por Internet es súper chungo. Todos coqueteamos con la Red varias veces al día, pero que pillen atrapada en el pasillo de los detergentes, comparando precios y olores, es otra cosa muy distinta. Evidentemente, el que tiene ángulo visual directo hacia mi pantalla es el más cotilla de todos y seguro que comenta la jugada en la comida. Y voy a ser la comidilla de todos.

El caso es que voy desviando la pantalla hacia una postura que creo que, como mucho, lo único que verá el cotilla de detrás es una pantalla borrosa, que hace aguas. Pero claro, eso me obliga a contornearme de una manera poco sana. Cuando me canso, pongo la pantalla recta y, durante un ratito, hago ver que miro los correos, edito un reportaje o busco pies de foto. Pero eso me entretiene un montón y no puedo perder el hilo de la lista de la compra, que luego no sé si he estado en el pasillo del papel del váter o no, así que tengo que mirar en el carro virtual (si fuera de verdad, no lo podría arrastrar) y buscar el maldito papel del váter. Una agonía. La compra en estas condiciones no se acaba nunca y las posturas indecentes acaban por machacarme el cuerpo.

Otra técnica es avalanzarse sobre la pantalla, haciendo ver que te interesa tanto lo que estás editando que tienes que tocar la pantalla con los ojos. Así el propio cabezón hace de muro protector contra cotillas y es casi imposible ver, entre la melena y las orejas, qué es lo que menda lerenda está leyendo con tanto ansia.

Mientras tanto, no paro de pensar en el anuncio de Telefonica, ése en el que el jefe se dirige a toda la oficina para decirles que hay un pack tan barato que mirar Internet en el trabajo es un crimen, no porque dejes de trabajar, sino porque, en realidad, ya no ahorras nada por no gastar teléfono en casa.

Y si supiérais cómo escribo los posts, fliparíais.

7 comentarios:

humo dijo...

En el fondo, todos hacemos lo mismo, querida, de modo que no te agobies.

¿O es que piensas que los demás no entran en páginas porno a la menor ocasión, consultan recetas de cocina, buscan sus blogs preferidos, visitan youtube?...

Es nuestra pequeña venganza contra la empresa.

Anónimo dijo...

Muy cierto, Humo. Pero a mí lo que me preocupa es que los compañeros de mi oficina creyeran que soy un vago porque miro mucho internet. Y ya sabemos que para un jefe una imagen (de vago) vale más que mil palabras

Alberto Ramos dijo...

Lo malo de comprar en el Mercadona del Second Life es lo que te cobran por el parking.

Scarlet Ojala dijo...

Al, me das miedo... ¿cómo sabes que le estaba dando al Metadona?

Peter Parker dijo...

porque TODOS le damos al metadona

nos vemos en los congelados a las 6?

Alberto Ramos dijo...

Pues hay un tipo que, además de darle a la metadona (marca dona), le ha compuesto una canción.

Anónimo dijo...

Scarlet, estic molt bé, una mica rara perque viure a la capitassss es extrany i s'extranyen coses. Espero que tot et vagi bé i que la nova aventura ja no sigui nova encara que sí aventura. Un petonàs!!
Silvia T.