martes, 1 de abril de 2008

Al otro lado





Nada baja tanto la autoestima como que te hagan una entrevista: siempre sales con la impresión de que eres tonta, de que has quedado como una tonta y de que todo el mundo ha podido ver lo tonta que eres. Ahora entiendo a Sofía Mazagatos.


No hay peor paciente que un médico, ni peor entrevistado que un periodista; así, pues, ante un micro soy como House con gastroenteritis. En efecto, me duele la barriga y creo que todo es una mierda.


¿Cómo puede ser que olvide siempre lo que quería decir? ¿Por qué, cuando ya estoy en la escalera, se me ocurren un montón de respuestas ingeniosas que podría haber dado y a las que doy vueltas y más vueltas durante toda la noche, y no me dejan dormir? Pero ya es demasiado tarde, y pego esparadrapo en los altavoces de la radio para no escuchar mi propia voz bajo ningún concepto.


Entonces entiendo la crueldad de nuestra profesión, siempre poniendo a prueba a la persona que tenemos delante, siempre haciendo preguntas superdifíciles como: ¿qué esperabas de esta ciudad? o ¿por qué escribiste este libro?


¿Por qué el ingenio es tan remilrepuñetadamente lento????


Los periodistas existimos para hacer preguntas, no para dar respuestas. Cuando cambian los turnos, tenemos que resignarnos a que un colega nos dé palmaditas en la espalda y diga: "Lo haces por una buena causa".


Moraleja: si un lobo se deja morder por otro lobo, le duele más que si fuera un cordero. O quizá no, quizá le duela lo mismo, pero como un lobo nunca se pondría en la piel de un cordero, no lo sabe. O bueno, a veces el lobo se pone en la piel del cordero, para fingir y eso... bueno, pue a lo mejor la moraleja es errónea, y el mordisco al lobo le duele más que al cordero y puede que incluso más. Pero, sinceramente, ¿a alguien le importa?

4 comentarios:

Benjuí dijo...

No te preocupes: las preguntas suelen ser (por lo general) tan estúpidas que tampoco los oyentes exigimos que las respuestas sean geniales.
Además, es cuestión de práctica, como (casi)todo en esta vida...

Anónimo dijo...

Ánimo Sex Luthor, los humanos no somos tan malos, también puedes estar a nuestro lado, por una vez, y dejar de ser un genio siempre...

Anónimo dijo...

"En Francia tienen una expresión: "espíritu de la escalera". En francés: espirit de l'escalier. Significa el momento en el que encuentras la respuesta, pero es demasiado tarde. Como cuando estás en una fiesta y alguien te insulta. Tienes que decir algo. Entonces bajo presión, con todos mirando, dices algo estúpido. Pero en el momento que te vas de la fiesta... mientras bajas las escaleras, magia. Se te ocurre la cosa perfecta que deberías haber dicho. La réplica perfecta desperdiciada.

Ese es el espíritu de la escalera."

CHUCK PALAHNIUK - TRIPAS

El doctor House nunca se ha visto en ese tipo de tesituras porque él tiene un equipo de guionistas cínicos que le soplan las respuestas, le bajan las escaleras a la sillita de la reina y le suministran Fortasec.

Alberto Ramos dijo...

Cuentan que una periodista (cuyo nombre rima con Alizia) se pasó al otro lado y jamás volvió.

Considérate afortunada.