miércoles, 2 de mayo de 2007

Esos





Su función es disuadir. Por eso son todos unos psicópatas, auténticos cancerberos.

El último que nos han puesto incluso ladra. Está ahí, en la puerta, con el uniforme azul, y es incapaz hasta de acordarse de nuestros nombres. Es el sustiuto de la Maldeojo. A la Maldeojo la echaron porque por las noches, cuando se quedaba a solas con la chica de cierre, le contaba que su marido no murió, como dice la versión oficial, sino que lo había matado ella con el poder de la mente y del odio.

Lo peor es que cuando la echaron, la Maldeojo empezó a odiarnos a todos.

El que han puesto ahora todavía es peor. Ladra como perro, como he dicho, pero suda como un cerdo, y siempre está bajando la temperatura del aire acondicionado, él, que viene del infierno. Los fines de semana, cuando no hay redactoras féminas en el trabajo, le enseña a los redactores macho imágenes porno que se ha descargado en el móvil. En esas imágenes, varias mujeres en pelotas orinan encima de otra.

Tiene un mando a distancia en el reloj, y va cambiando de canal mientras el de deportes mira un partido en la tele para hacer la crónica. El de deportes cree que es cosa de poltergeist, no sabe que Esetarado tiene un mando a distancia. Y se caga en todo, y golpea el aparato, y acaba escribiendo sobre el Salsa Rosa.

A veces, lo rocía todo de colonia Axil's Man. Tiene un bote enorme que marea. Nos lo ha vaciado encima del ordenador unas cuantas veces; por eso nuestras noticias apestan.


Mientras apunto esto, una compañera estornuda. Y Esetarado, en lugar de aumentar un par de grados el aire acondicionado (que para algo se llama así, coño, acondicionado de acondicionar, no de congelar ni hostias), en fin, en lugar de elevar un poco la temperatura, imita a mi compañera y hace: txís, txís. Y se ríe. Ella pone los ojos como platos.

Da mucho miedo. A veces nos espía a través de su cabina, y me consta que le gusta el culín de dos compañeras mías: la que tengo a la izquierda y la que acaba de estornudar. Así lo llama él, "culín", pero se le nota que piensa en otra palabra.

Estamos casi seguros de que guarda un arma debajo de la mesa. Tiene los ojos amarillos y el pelo grasiento. Ahora se ha puesto a trinar como un pájaro de los chillones.

No sé por qué se les llama seguratas. Dan una inseguridad que te cagas. De miedo, claro.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Luego suben al taxi y bacilan estoy vigilando una empresa llena de xatis que estan locas conmigo,a parte de segurata alli les ayudo en todo porque no saben hacer nada sin mi opinion..bla bla bla

senilDion dijo...

Lo que nos cuentas es un claro ejemplo de casting desacertado. ¿Qué hace ese hombre en la puerta? Por favor, que le den una pluma o un teclado o lo que sea ¡ya! ¡Cuánto talento desaprovechado, endevé!

Anónimo dijo...

Si si, por favor, ficharlo YA!!!

Isabel Pantoja

Anónimo dijo...

El arma con la que os vigila, no esta bajo su asiento, ya sabeis donde esta..., y vosotras os preguntais,sabra usarla???
JEJEJE.

Una amiguita

Marta Luth dijo...

Driver: no hay mejor psicólogo que un taxista. Además, el taxista es el mejor amigo del borracho.

Senil: Dudo mucho que el hombre del que hablo sepa leer. Lo que, por otro lado, no lo diferencia mucho del resto de periodistas.

Pantoja: ¿qué tal entre rejas? ¿Te reencontraste con tu novio? ¿Comiste bocata de chistorra?

Una amiguita: No serás Esetarado camuflado... como su arma.

Anónimo dijo...

No somos sus mejores amigos pero si quien los deja en su casa,pero lo mismo con putas,cafres,engreidos,ionkis i gilipollas